Sin duda, cuando Nestlé apostó por Nespresso sabían
que iba a ser uno de los negocios más redondos que puedan existir. Pero eso no
se debe sólo a la calidad del café, que por cierto es muy buena, si no también
a la estrategia de marketing que han seguido.
Para empezar, cabe resaltar el motivo principal de sus ganancias, que no son las máquinas de café con un precio medio de 100 € en el mercado, sino las cápsulas Nespresso.
Cada cápsula contiene entre 5 y 6 gramos de café, y tiene un precio aproximado de 0'35 €. Con lo que si decidimos adquirir un quilo de café, ¡éste nos saldría por 60 €! Recuerdo que en los supermercados podemos encontrar un quilo de buen café por 7 u 8 €.
Para empezar, cabe resaltar el motivo principal de sus ganancias, que no son las máquinas de café con un precio medio de 100 € en el mercado, sino las cápsulas Nespresso.
Cada cápsula contiene entre 5 y 6 gramos de café, y tiene un precio aproximado de 0'35 €. Con lo que si decidimos adquirir un quilo de café, ¡éste nos saldría por 60 €! Recuerdo que en los supermercados podemos encontrar un quilo de buen café por 7 u 8 €.

Sabemos que Nespresso ha cumplido su primer cuarto
de siglo, en el que ha distribuido 250 Nespresso Boutiques al rededor del
mundo; y es aquí cuando de verdad se pueden ver las acciones de marketing que
han llevado a cabo para fidelizar a tantos clientes de diversas nacionalidades.
Es el ejemplo de Francia, un claro ejemplo a seguir.
La población francesa tiene poco contacto con la red, exactamente un
36% de los habitantes franceses se conectan habitualmente a Internet, cuando en
España alcanza un 52%. Y en países como Italia un 59%.
Pues bien, Nespresso al ver que su acción de comunicación se veía
restringida por dichos datos, decidió volver a la venta telefónica. Pero de una
manera algo diferente. No priorizaban las ventas y la productividad por
llamada, si no que prefieren buscar interacción con el cliente de una forma
natural, escuchando sus opiniones y preferencias, (datos muy útiles para seguir
trabajando en estrategia comunicativa). Y finalmente es el propio cliente el
que, tras llamar a la centro de atención, acaba convirtiéndose en el
prescriptor de la marca.
El éxito de la estrategia se ve en los resultados: más de la mitad de
las ventas en Francia se logran gracias al boca-a-oreja.
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