Logos corporativos como el de la Fundación Repsol, Metrovacesa,
Ahorro Corporación o la nueva imagen de la empresa de alimentación Carmencita
han salido del estudio de Manuel Estrada (Madrid, 1953). Él
es uno de esos profesionales que han puesto muy alto el listón del diseño
gráfico español y lo pasean por todo el mundo. Ahora mismo, en
Berlín, capital de la modernidad europea, hay nada menos que dos exposiciones
dedicadas a su trabajo.
"Seguimos viendo el diseño como algo
asociado a la estética y al arte, y en parte es verdad. Comprendemos, por
ejemplo, que un producto bien diseñado se vende mejor. Pero
nos falta entender el alcance del diseño gráfico. La imagen de la empresa
condensada en un buen logo aumenta su rentabilidad, la
capacidad de ser percibidos de una manera moderna y eficaz en un mundo cada vez
más global".
Para Estrada, el diseño gráfico y la identidad
corporativa de las empresas españolas es un factor que contribuye al desarrollo
económico. La proyección positiva de un país, de sus líderes, sus
empresas y sus productos es una de las claves de la reactivación económica.
Por eso, es importante que los empresarios
entiendan que "el diseño no es una obra social
ni un adorno, ni tampoco una operación cosmética, de maquillaje.
El diseño bien utilizado multiplica el alcance de una empresa".
![[foto de la noticia]](http://estaticos03.expansion.com/imagenes/2012/05/04/directivos/1336154985_0.jpg)
Crear un logo supone un ejercicio de pensamiento y de reflexión.
Primero hay que tener muy claro qué se quiere transmitir. Parece fácil, pero
eso requiere que las empresas contemplen el diseño desde su máximo nivel
estratégico, y por tanto, pongan al frente de esta responsabilidad a personas
que comprendan el alcance de transmitir una buena imagen corporativa. "Todavía hay empresas que piensan que el diseño es una cuestión
como elegir la moqueta, cuando es un tema estratégico. Cuando alguien con buena
cabeza lidera un cambio de imagen corporativa, eso se nota y el trabajo
trasciende".
Un buen ejemplo que ilustra la filosofía de
trabajo de Manuel Estrada es la creación del logo de la Fundación Repsol. "Queríamos expresar de forma genérica el concepto de energía,
conectarlo a la vez con lo colores de la marca, y sobre todo, unir 'energía y
personas'. A partir de ahí, hay una ebullición de ideas,
centenares, que se van filtrando. Algunos de los bocetos ya tenían personas y
eso concluye con el logo final: un mapa del mundo hecho con la forma de los
continentes que a la vez son formas de personas».
Si se observan los cuadernos, expuestos ahora en Berlín,
encontramos conceptos. Responsabilidad, sostenibilidad, devolución de recursos,
preocupación social, ética, presencia global. A partir de ahí, formas, colores,
ideas... y un resultado final eficaz.
El diseño tiene que ser capaz de transmitir
ideas por sí mismo, si no, no cumple su función. "Ahora, por ejemplo, es
fundamental que transmitamos otra imagen de la marca España. No podemos volver
a acomplejarnos, como en el pasado, ni dejar que los tópicos deterioren nuestra
imagen. Estamos
mal, pero España es un país moderno, innovador y tenemos gente muy bien
preparada. Y nuestra creatividad puede ser, más que nunca, un valor económico".
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