Branding es una palabra inglesa utilizada en el campo del marketing (conocido también como mercadotecnia). Cabe señalar que pese a la popularidad que ha adquirido el término, incluso en el mundo de habla hispana, no forma parte del diccionario de la Real Academia Española.
El branding se refiere al proceso de construcción de una marca. Es la estrategia a seguir para gestionar los activos vinculados, ya sea de manera directa o indirecta a una identidad corporativa (compuesto de un nombre comercial y su correspondiente logotipo o símbolo). Una empresa cuya marca tiene un alto valor, una fuerte identidad corporativa y un buen posicionamiento en el mercado será una fuente de ingresos estable y segura en el largo plazo. Ya que se generan factores que influyen en el valor de la marca y en el comportamiento de los clientes con respecto a ella.

El branding busca resaltar el poder de una marca, aquellos valores de tipo intangible, tales como la singularidad y la credibilidad, que les permiten diferenciarse de las demás y causar un impacto único en el mercado. El branding intenta subrayar las cualidades que la marca transmite al cliente y que constituyen su fortaleza. De esta manera, es posible que el consumidor asocie en su mente una marca con un valor que posteriormente servirá como argumento de compra para los consumidores potenciales.
La identidad de una firma es el aspecto fundamental de su existencia, dado que le brinda la posibilidad de distinguirse claramente de las demás; curiosamente, esto no se puede apreciar, por ejemplo, en las empresas de telefonía móvil más destacadas, que representan la porción del mercado más activa y exitosa de la actualidad. La pregunta que surge, entonces, es si han cambiado los principios básicos del proceso de branding para reducir al máximo el porcentaje de potenciales pérdidas.
Los puntos principales a tener en cuenta a la hora de realizar el diseño gráfico son la tipografía, los colores y el nombre. Se trata de cuestiones que resultarán decisivas para el posicionamiento de la marca. Por ejemplo los especialistas en el campo señalan que una tipografía gruesa y sin serifa demuestra solidez e inspira confianza en los consumidores. Visto desde otro lado, es importante trabajar adecuadamente un grado de simbolismo que ayude a relacionarla de una manera conceptual o simbólica con la entidad comersial a la que va a representar.
Con respecto a los colores seleccionados una buena elección pueden hacer que se conviertan en algo representativo de la marca incluso llegar a convertirse en un referente de la misma, como se da en el caso del rojo Ferrari.
Por último un aspecto que los consumidores suelen criticar, dado que es el más evidente, aunque no por ello el más fácil de entender. No se conoce la fórmula para el nombre perfecto, dado que ejemplos como el de Ford (que se trata del apellido de su fundador) demuestran que incluso sin creatividad es posible construir un imperio. Sin embargo, se entiende que lo ideal es dar con una palabra relativamente corta, fácil de pronunciar en el mayor número de idiomas posible, y con el suficiente carácter y personalidad como para que su existencia tenga sentido aún cuando no se lo está asociando a un producto o servicio en particular.
Para finalizar podemos afirmar que el branding es un proceso exhaustivo y altamente complejo para resolver un problema que muy pocos perciben, y de cuya correcta elaboración dependen en gran parte el éxito de las entidades comerciales a las que representan.